Discovery MAX estrena «Yo soy Steve McQueen», documental que nos muestra los secretos de la estrella de Hollywood
La belleza salvaje de Steve McQueen, su aspecto de chico malo, su sensualidad y su enorme carisma hicieron que un joven rebelde y problemático se convirtiera en el actor de Hollywood más codiciado y mejor pagado de su generación. El próximo martes 7 de octubre, a las 22.30h, Discovery MAX estrena Yo soy Steve McQueen, un documental que ahonda en la vida de esta leyenda del Hollywood más dorado para descubrir cómo era realmente el actor apodado rey del cool.
Actor emblemático de su generación, McQueen destacaba por su particular forma de ver la vida, tratando de disfrutar al máximo cada minuto y desafiando siempre a la autoridad. Sus inicios marcaron el resto de su vida y le dieron ese aspecto rudo pero a la vez sensible y cercano. Steve McQueen se crió con sus tíos tras ser abandonado por su padre antes incluso de nacer y después por su madre, quien se fue a vivir a Los Ángeles. A los doce años ya era un chico problemático y su carácter de rebelde incurable le llevó a pasar su adolescencia en un reformatorio, del que se escapó para alistarse como marine.
Yo soy Steve McQueen muestra cómo el azar y un programa gubernamental para reinsertar a militares retirados en la sociedad llevó a este joven pueblerino a estudiar en el mítico Actor’s Studio de Nueva York. A partir de ahí se dedicaría por completo a su profesión de actor, realizando distintos papeles menores, hasta que en 1963 la película La Gran Evasión lo consagró como estrella de Hollywood. Nominado a los Oscar en 1966 por El Yang-tsé en llamas, protagonizó una de las consideradas mejores películas de catástrofes, El Coloso en Llamas, filme en el que compartía cartel con otros dos símbolos de su generación: Paul Newman y William Holden.
El documental mostrará también una de las grandes pasiones de Steve McQueen: la velocidad. Al igual que colegas de profesión como James Dean y Paul Newman, McQueen era un gran amante de las motos, los coches y las carreras, hasta tal punto de que se negaba a usar especialistas en las escenas de riesgo de sus películas y siempre conducía él mismo los coches o motocicletas en las escenas de carreras y persecuciones. Su pasión por las carreras era tal, que sus más allegados afirman que llegó a considerar seriamente dejar el cine y convertirse en piloto profesional. McQueen murió de cáncer de pulmón el 7 de noviembre de 1980, cuando contaba tan solo 50 años de edad, y algunos creen que su enfermedad pudo estar relacionada con la inhalación de un componente de los trajes de carreras de coches.
Yo soy Steve McQueen combina documentos inéditos como una entrevista con el actor, con una selección de las mejores escenas de su carrera e imágenes de archivo, para construir una historia en la que su profesión y sus experiencias vitales logran acercar al espectador a una de las figuras más míticas y a la vez desconocidas del mundo del celuloide.
NP