Un espontáneo irrumpe en el plató durante el Telediario de TVE
Un espontáneo irrumpió este miércoles en el plató de La 1 de Televisión Española durante la emisión del Telediario de las 21 horas, para asombro de los presentadores Ana Blanco y Marcos López.
Durante un par de segundos, los espectadores pudieron contemplar la entrada en el estudio de un espontáneo. Su nombre es Carlos Díaz Fernández, un hombre de 39 años que se autodefine como «escritor, crítico literario y bloguero», que ya intentó abordar desnudo a la reina Sofía en septiembre de 2013 al grito de «¡no a los crímenes secretos de la CIA!», y que le está cogiendo el gusto a interrumpir la emisión de programas en directo
Apenas 24 horas antes, el martes, el «escritor, crítico literario y bloguero» irrumpió en el plató del programa Más vale tarde de La Sexta, en el que incluso logró presentarse: «Me llamo Carlos Díaz Fernández y denuncio una serie de crímenes secretos. Por favor, prestadme un segundo de atención», dijo ante el estupor de la presentadora, Mamen Mendizábal, que intentó hacerle entrar en razón: «No creo que este sea el contexto, Carlos. Luego hablamos contigo», contestó.
En su comparecencia ante las cámaras de este miércoles, sin embargo, no tuvo mucho tiempo para explicar sus objetivos, ya que apenas un par de segundos después de entrar en plató los técnicos de TVE conectaron con una reportera en Galicia, lejos de la escena que tenía lugar en los estudios de Torrespaña. De hecho, y a pesar de que TVE suele colgar los telediarios completos en su web, y de que el informativo de esta mañana y el del miércoles a las 15.00 horas ya están disponibles, el de la noche del miércoles no está a disposición de los espectadores.
Según publica El Mundo, Díaz Fernández llegó a gritar «secreto de sumario», mientras mostraba unos folios . Al mismo tiempo, pudo escucharse una voz que decía: «Tú no deberías estar aquí».
En su página web, Carlos Díaz Fernández asegura que estudió tres años de Ingeniería Técnica Industrial -aunque no llegó a terminarla-, dice haber escrito tres libros -su estilo habría ido variando «con la práctica y la influencia literaria»- y su trabajo más relevante habría sido como vigilante de seguridad durante seis años.